Como darse cuenta si un programa tiene rating

(La escena transcurre en un quiosco de la Estación Retiro. 7.35 AM. Me acerco a un señor de unos 70 años...)
YO: Buenos Días...
QUIOSQUERO: Buenos Días...
YO: ¿Tiene el libro de Petinatto?
QUIOSQUERO: Si.
YO: Me lo llevo...
QUIOSQUERO: Du- rí-simo!!!!!
(Risas Grabadas. Miro a la cámara. Cae el Telón. Juro que fue real)

Viejos son los Trapos...

Estuve en Disneylandia. Créanme...
Fui a ver el que -tal vez- sea el último concierto de los Stones en la Argentina.
Llovió. Muchísimo.
No me importó. A ellos tampoco.
Me empapé. Ellos también.
Pifiaron un poco. Me encantó.
Richards (Richards!!!!). Jagger. Watts. Wood.
Y no me pidan que cuente qué se siente al ver al Monumental repleto, con las luces a pleno, cantando Satisfaction bajo una lluvia torrencial. No puedo explicarlo.
"Siempre hacen los mismos temas", piensa un fanático de AC/DC.
"Están hechos mierda!!!", grita un heavy y pone MTV para ver a Ozzy...
"¿Estos boludos no se dan cuenta que lo hacen por la guita?", se pregunta uno que va toooodos los domingos a la cancha a alentar a unos tipos que no tienen empacho en ir para atrás...
Y la Patria Stone, tan fascinante como incomprensible.
Fui muy feliz.
Gracias.

19 Días y 500 Forros

Pasar 15 horas haciendo una cola para sacar entradas, con una reposerita y un termo con café, es lo menos Sabina que hay...

¿Cómo hacen?

Terminó el primer tiempo. Se fueron los jugadores de fútbol americano. Aparecieron algunos monitos tirando de unas sogas y otros empujando una especies de cajitas con ruedas. En diez minutos armaron un escenario con forma de lengua (y con gente adentro). Subieron los Stones y tocaron tres temas. No se vio un cable. Casi como en Pasión de Sábado, pero con ingleses y sin tetrabrick con pastillas adentro. Cuando terminaron, explotaron fuegos artificiales (no hay que olvidarse que estamos hablando de un estadio cerrado) y desarmaron todo en menos de siete minutos. Se prendieron las luces y volvieron los jugadores de Fútbol Americano. No hubo desmanes. No falló nada. Nadie se quejó.
Yo, en mi casa, no puedo hacer una milanesa de pollo sin que se acumule mugre en la cocina durante un par de días (y cuando hablo de un par, me refiero a cuatro). Y ni hablar de los actos escolares, en donde todavía no se ha podido lograr que el himno suene bien y el CD no salte. Y ni hablar de esa versión pedorra con sikus y charangos que dan ganas de ir a un consulado y sacar una visa...